Diagnóstico, evaluación y tratamiento de algún problema sexológico, ya sea individual o de pareja. El enfoque es biopsicosocial, por tanto, se hace una evaluación completa de la persona o pareja descartando alguna patología orgánica (se derivará a medicina si es necesario) para luego indagar a profundidad el problema y tratarlo. El origen de la disfunción se descubrirá por medio de la conversación y análisis de los antecedentes de la persona; el tipo de tratamiento dependerá de la situación a tratar y puede ser terapia sexual, terapia de pareja o terapia cognitivo-conductual.